Ingredientes
- Una cucharada de avena molida (podrás adquirirla en multitud de supermercados y tiendas de alimentación)
- Una cucharada de miel
- Una cucharada de leche (recuerda usar leche desnatada si tienes la piel grasa y leche entera si tu cutis es seco)
1.
Hazte con un recipiente limpio.
2.
Vierte en su
interior la avena molida, la miel y la leche.
3.
Remueve todos los
ingredientes con la ayuda de una cuchara hasta darle vida a una especie de pasta homogénea.
4.
Antes de extender
esta mascarilla de avena sobre la cara, limpia tu rostro
con la leche limpiadora y el tónico que uses de forma habitual.
5.
Hecho esto, aplica
la mezcla sobre el cutis evitando cubrir la piel que rodea los ojos y los
labios.
6.
Lleva a cabo esta
operación realizando un suave masaje circular ascendente.
7.
De este modo,
potenciarás la acción exfoliante de la avena y podrás eliminar
las células muertas de tu rostro, lo que llenará tu piel de luminosidad.
8.
Deja que la
mascarilla actúe durante unos 15 minutos.
9.
Transcurrido ese
tiempo aclárala con abundante agua templada.
10. Sécate
la cara con una toalla suave y finaliza el proceso aplicando la crema hidratante o
nutritiva que emplees a diario.
11. La
leche limpiará tu cutis en profundidad, mientras que la miel y la avena
acabarán con las espinillas, los granos y los puntos negros
y dejarán tu tez tan suave como la seda.
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